Kéfir de agua

¿Has oído hablar de kéfir? El otro día en un restaurante ‘al natural’ me dieron como postre un vasito de kéfir de leche, con una azucarera. Fui con mis hijos y para todos era la primera vez que íbamos a probar el kéfir. Yo intento no usar azúcar en general, así que puse el vasito en mis labios para empezar a disfrutar del postre como corona sobre una comida rica y sana. Tengo que admitir que mi cara cambió de expresión sin poder remediarlo, igual que cuando tomas un sorbito de zumo de limón puro. Pero después del primer susto de la ignorancia, puedo decir que nació un nuevo amor por un alimento. Pero, como existe tanto el kéfir de leche como de agua, quería probar el de agua. Empecé a buscar y finalmente lo encontré:

¿Qué es el kéfir?

El kéfir son gránulos de microflora con bacterias, aminoácidos, probióticos y levaduras distintas que crecen casi visiblemente. El nombre viene del turco kief lo que significa agradable sensación, resultado después de tomarlo, o bendición, resultado después de haberlo regalado.

Regalado

Este último es muy importante; se dice que el kéfir no se compra o se vende, pero se regala. Yo he sido afortunada de encontrar alguien, porque la verdad que no es tan fácil de encontrar. Como son bichos vivos, hay que mimarlos y cuidarlos, para que te den lo mejor de sí, que es mucho, luego os cuento. ¿Cómo lo hago yo?

Necesitas:

  • Un tarro de cristal de mínimo 3 litros (el mío es de 5 pero porque es lo que tenía en casa)
  • Una botella de agua de 1,5 litros
  • 100 gr de gránulos de kéfir
  • 100 gr de azúcar (moreno, ecológico si posible, azúcar de coco, panela… NO se puede usar miel, ya que no es compatible)
  • Frutos secos del tipo dátiles, orejones… Suelo usar 4 o 5
  • Medio limón, pero sólo si es ecológico, si no, no (los limones suelen tener pesticidas en la piel por mucho que los lavemos, y va en contra del proceso del kéfir…)
  • Un pasador de plástico (nada de aluminio ni hierro…)
  • Una cuchara de plástico para remover

Preparación

  • Vacía la botella de agua en el tarro de cristal, añade el azúcar y remueve un poco. No hace falta que el azúcar se disuelva completamente, ya se hará. Añade los gránulos de kéfir, y finalmente la fruta elegida. Tapa el tarro con papel de cocina y una gomita de pollo, no hace falta cerrarlo herméticamente. Busca un lugar tranquilo con temperatura bastante constante y con luz, aunque hay que evitar el sol directo, ya que el cristal puede hacer efecto lupa. Así dejas el tarro durante máximo 48 horas. Verás como los gránulos crecen y se multiplican. Comen el azúcar y la fruta. La fruta después de 48 horas se tira. En todo este proceso los gránulos echan muchos nutrientes tal como vitaminas y minerales. Y tú acabarás bebiendo estos beneficios.
  • Después de estas 48 horas echas el agua con los gránulos y las frutas en un embudo con el pasador de plástico en una botella/tarro de cristal. Sacas las frutas y las tiras. Pasas un poco de agua por el tarro para limpiarlo, y vuelves con el mismo proceso: verter 1,5 litros de agua, el azúcar, los gránulos y otras frutas secas. En el zumo obtenido suelo echar un poco de zumo de limón y verás qué puntazo de sabor. Se puede beber a diario ya que sus beneficios son excelentes:

Beneficios entre otros

  • Estudios demuestran que el Kéfir ayuda a regular la flora intestinal, especialmente después de un tratamiento con antibiótico
  • Otros estudios señalan que el kéfir puede bajar la tensión y el colesterol
  • Si quieres hacer un détox, el kéfir es un buen aliado por sus propiedades detoxificantes
  • Como contiene mucha vitamina B1 y B12, previene dolores musculares, pieles secas y depresiones.
  • Previene Candidiasis
  • Ayuda contra insomnio
  • Te quita la sed, aumenta el metabolismo, mejora la digestión, depura y vitaliza.

También es llamado la bebida de los 100 añeros, es decir, ¿quién no quiere tener una larga vida? Una receta que me encanta es mezclar el agua del kéfir con unos trocitos de jengibre.

 

¿Te animas a probarlo?