Hay que evitar, o por lo menos reducir el consumo de todo tipo de azúcar, tal como el azúcar blanco, moreno, glucosa, dextrosa, fructosa, caramelo, sirope de maíz, sirope de dátil, sirope de arroz, sirope de agave, mellase etc. etc. El azúcar sube tu nivel de azúcar en la sangre, lo que no es bueno para tu cuerpo. Para volver a bajar ese nivel alto, tu páncreas produce la hormona insulina. Tú aparentemente no notas nada de eso, pero realmente en tu cuerpo hay una situación constante de guerra.
Con el tiempo, estas subidas y bajadas de azúcar sí pueden darte problemas en forma de enfermedades, tal como cándida hipoglucemia, mala circulación de la sangre, sed exagerado, orinar con mucha frecuencia, estreñimiento, gases, alergias, problemas de piel, alta tensión, problemas del ritmo cardíaco, colesterol mal, obesidad etc… Cuando tu páncreas ha tenido que trabajar tanto que acaba cansándose, entonces habrá que dar insulina desde fuera, con inyecciones. En este caso, tienes diabetes.
Ahora, la industria del azúcar está muy interesada en que tú consumes mucho azúcar, y en sus eslóganes dicen por ejemplo que el azúcar es bueno para los músculos. Efectivamente nuestros músculos necesitan azúcar, pero no de la tienda, si no de nuestro propio cuerpo. El es perfectamente capaz de convertir la comida que comemos en glucosa, necesario para nuestra energía diaria.
En principio te costará, pero lo mejor es prescindir del azúcar poco a poco, quitándolo del café, el té, yogures etc. Haz un favor a tu cuerpo y di NO a la coca cola y refrescos parecidos. Te lo agradecerá. Agua es el tesoro para nuestro cuerpo, mejor aún cuando viene embotellado en botellas de cristal. Añádale un trozo de limón o hojitas de menta etc, para darle sabor. Infusiones de todo tipo también son buenísimos para el cuerpo. Qué te parece una infusión de jengibre? Corta un trocito de jengibre, quítale la piel y ponlo en un vaso. Llena el vaso con agua hirviendo, deja reposar 5 minutos, y verás qué sabor sorprendente!